jueves, 24 de mayo de 2007

Luz

Hoy me desperté y supe que había llegado el fin. Me costó despertarme pero aun así sabía que era el día.
No me sobresalté. No me desesperé. Lo sabía hacía un tiempo, y estaba tranquilo.
Me levanté instintivamente a la hora de siempre y desayuné lo mismo que todos los días. No me sentía con ganas de nada especial. No quería saturar los sentidos con cosas que luego no recordaría que había olvidado. Solo quería una sola cosa esa mañana. Solo esperaba una cosa esa noche.
Salí y caminé por las baldosas tantas veces pisadas. Los recuerdos me invadieron y no pude evitar rendirme a los sentimientos que traían con ellos desde el pasado. Es raro como un día tan especial está plagado de infinitas rutinas involuntarias.
Miré hacia arriba y las hojas de los árboles obturaban la luz del sol sobre mi cara. Aún no era el momento. Apuré el paso tranquilo y finalmente llegué a un claro en medio de ese pequeño bosquecillo rodeado de asfalto. Miré alrededor y no había nadie. Entonces reí.
Me desnudé y permanecí ahí. De pie, con los ojos cerrados, a la vista de cualquiera y de nadie. Respiré hondo y mi cuerpo se relajó. En ese instante sentí un cosquilleo al erizarse los pelos de mis brazos. Noté que la respiración me traicionaba mientras la sensación se extendía hasta la punta de los dedos e inmediatamente esa electricidad se convirtió en un calor intenso. Una vez más levanté la cara al sol y lo sentí atravesarme los párpados y llegar hasta mi boca. Me quemaba, pero no sentía que moría. Aun no.
Acurruqué los dedos de los pies y sentí el frío del pasto. Y me quedé así, entre el frío y el calor, entre lo seco y lo húmedo. Entre la vida de un instante y la muerte para siempre.

4 comentarios:

Cassandra Cross dijo...

MMMMMMMMMMMMMmmmmmmmmmmmmmmmuy monono, mencantó!!

Fender dijo...

Qué bueno se está poniendo esto!

gerund dijo...

iba a esperar a más adelante, pero ya veo que se estuvieron tirando flores los unos a los otros (perdón, esa fue maldita).


chicos, congrats, esto ando mucho muy bien!

:)

Vontrier dijo...

Le envidio insanamente esta frase:

Entra la vida de un instante y la muerte para siempre.

La verdad, lo felicito.